Recién publicada, la nueva y muy esperada web del MNCARS ha sido calificada una de las más transparentes entre las webs de museos españoles por el IAC, Instituto de Arte Contemporáneo, cuya lista de criterios se fija en si está publicado el staff y elementos semejantes. Pero ¿realmente es tan transparente para el usuario?
Al igual que los laberínticos recorridos que en la última etapa se proponen para las exposiciones en los espacios de este museo, también su web tiene algunos recovecos para los visitantes virtuales.
Nos fijamos en la sección 80 indispensables porque quizás sea ésta a la que primero se dirijan aquellos navegantes del planeta que nunca han visitado el museo, o bien quienes deseen extraer una visión de conjunto de lo mejor que atesora el más importante museo de arte contemporáneo en España.
Parece obvio que la sección ha sido creada a imagen y semejanza de otros grandes museos como el gigante MOMA, en cuya web se destacan 1801 obras, que se muestran en un orden cronológico inverso, desde hoy hasta finales del XIX (la más antigua es de 1875 y pertenece a Odilon Redon). En MNCARS, sin embargo, la selección y orden de aparición de las obras no es tan sencillo. En lugar de “tesoros” se han preferido las “constelaciones” que cruzan cronologías y tendencias, porque «el Museo Reina Sofia propone en la presentación de su Colección un recorrido estructurado en narraciones diversas que, aun tomando posición, no solo mantiene el enigma inherente a lo artístico, sino que activa su resistencia a la fijación de un sentido único». Además, constatamos que algunas obras no pueden verse por problemas de derechos de reproducción, lo que aumenta el misterio.
Surge la perplejidad cuando comprobamos que en realidad solo hay 56 obras, en lugar de 80, debido probablemente a que el rígido criterio utilizado para catalogar las series por parte del departamento de colecciones que ha suministrado esta selección, se ha trasladado linealmente a la web. Tampoco hay una correspondencia exacta entre obras y autoría: algunos repiten, como Picasso con 3 obras, y Miró, Dubuffet y Brassai, con 2 obras cada uno.
Pese a las muy importantes adquisiciones en las dos últimas décadas –como puede verse entre las 7.000 obras de las más de 100.000 que hasta ahora se han subido a la web- con artistas de todas las nacionalidades y tendencias, en cambio, en las 80 indispensables predomina el perfil de artistas españoles, latinoamericanos y de la Europa mediterránea: franceses e italianos.
¿No resulta demasiado local o provinciano respecto a la colección que actualmente poseemos? ¿es una acertada estrategia empequeñecer el MNCARS, aunque nos den subvenciones en Europa junto a otros museos de menor entidad?
También, parece un museo envejecido: solo hay una obra del siglo XXI (una instalación de Mike Kelley, de 2002); de la década de los 90, una pintura de Gerhardt Richter; de los años ochenta, una fotografía de Miguel Trillo. Por lo que tenemos que pasar ya a la década de los setenta para encontrar un grupo significativo. Realmente, ¿es este el perfil de nuestro museo?
Y ¿es el museo que queremos o, como suele decirse ahora, el museo que nos merecemos? Una mirada desde la perspectiva de género arroja datos muy contrastados y excluyentes. Entre las 80 indispensables, encontramos solo 3 obras de 3 españolas: de Esther Ferrer, Íntimo y personal. Partitura, 1977; de Eulàlia Gau, Los V.I.P..Etnografía, 1973; y de Ángeles Santos, Tertulia, 1929. Sin siquiera pretender que nuestro museo respalde a las artistas contemporáneas vivas, es difícil explicar la ausencia de alguna obra de la María Blanchard cubista y de otras pintoras españolas vanguardistas después en el exilio latinoamericano: Maruja Mallo y Remedios Varo.
Para navegantes, el MNCARS es un museo “no women friendly”. La misoginia que hoy por hoy gobierna nuestro museo no ayuda a que el público virtual conozca los tesoros de nuestras artistas, ni de otras que han alumbrado el arte contemporáneo.