La exposición Mediterráneo. Del mito a la razón, que durante el verano recala en Caixaforum de Madrid, cuenta la apasionante historia del origen de nuestra cultura, desde sus raíces en la mitología cuando se reinterpretaron los influjos de medioriente en una interpretación propia hasta la llegada de la época del diálogo, la discusión filosófica y la democracia. Al menos, eso dice su título. En realidad, va más allá. Comisariada por Pedro Azara, la bella muestra tiene un carácter crepuscular: después de la razón, la cultura grecolatina se hundiría en el misticismo, tal como fue narrado magistralmente por Margueritte Yourcenar en sus Memorias de Adriano. La semilla, según Azara, se encontraría en el pensamiento de Sócrates, cuando surge por vez primera la pregunta por la identidad («conocete a ti mismo»), es decir, pr el alma, que desencadenaría primero la tradición iconográfica de eros y psique, y después la idolatría de la Fortuna y otros dioses y pasajes de la travesía del alma después de la vida. De manera que razón y democracia serían un momento excepcional de una historia de las ideas en clave espiritualista.
Dado el hilo conductor, es de destacar que el comisario haya introducido una cuña en plena etapa de la razón bajo el epígrafe de los excluidos: los exclavos, los mendigos, los extranjeros y las mujeres, a quienes se les negaba el reconocimiento de la ciudadanía y, por lo tanto, su presencia activa en el ágora. En bellas vasijas podemos contemplar la narracion de la vida de las mujeres en espacios domésticos de reclusión.