Felicitamos al director de cine y guionista Michael Hanecke (Múnich, 1942) por el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2013. Como tantos espectadores en Europa y en todo el mundo admiramos su cine porque «ilumina y disecciona con deslumbrante maestría aspectos sombríos de la existencia como la violencia, la opresión y la enfermedad, que afronta con extraordinaria sobriedad formal a la vez que abre espacios a la persistencia consoladora del amor, la confianza y el compromiso», como ha destacado el jurado.
Pero si este año se quería premiar un perfil ético, ¿por qué no, por ejemplo, la cineasta Agnès Varda? El problema es que por cada premio, sea cual sea su importancia, siempre hay decenas de candidatos adecuados. Por lo que la elección última depende de condicionantes arbitrarios cuya conclusión termina siendo tan aleatoria como la bola en la casilla de la ruleta, o no?. Y sin embargo, a la vez, en cada convocatoria hay un espíritu, una tendencia latente, que se suma al perfil acumulado del Premio en cuestión. Quizás el carácter ambivalente de la psicología humana en las narraciones de Hanecke se corresponda mucho mejor que el enfoque de Varda con la situación actual de la Monarquía española y sus ansias de comprensión en la sociedad.
Siguiendo esta lógica, también nos parecen merecedores de este premio los cineastas, arquitectos, pintores y escultores galardonados en la categoría Artes desde que este galardón se fundó en 1981. Hasta 1997, cuando se premió al actor Vittorio Gassman, esta categoría tuvo un tinte tibiamente iberoamericano: Pablo Serrano, Eusebio Sempere, Antonio López, Luis García Berlanga, Eduardo Chillida, Jorge Oteiza, Óscar Niemeyer, Antoni Tàpies, Roberto Matta, Francisco Javier Sainz de Oiza, Fernando Fernán-Gómez. En 2002, con Woody Allen se subraya aún más su vocación internacional aunque se siguieron concediendo también premios iberomericanos como Sebastiao Salgado y sobre todo, «locales» como Miquel Barceló, Paco de Lucía, Pedro Almodovar y Rafael Moneo, sin olvidar algún otro arquitecto próximo a nuestro país como Norman Foster y el escultor Richard Serra. Una lista 100% masculina: ni una sola pintora, escultora, cineasta o arquitecta, española ni extranjera.
Hasta el momento, creo que nadie ha explicado por qué los únicos Premios Príncipe de Asturias en la categoría Artes concedidos a mujeres se han producido en el ámbito de la música y la danza: Maya Pisielska y Tamara Rojo (compartido) en 2005, Barbara Hendricks en 2000 y Alicia de Larrocha en 1994, además de los premios colectivos concedidos a grupos musicales. Posiblemente, una interpretación en clave «corazón», es decir, la supuesta influencia de la melómana Reina madre sobre su hijo el Príncipe de Asturias sea, al cabo, la más plausible. En todo caso, hablamos de solo tres premios en 33 años: 9%.
Hace ya dos años, en 2011, las asociaciones MAV Mujeres en las Artes Visuales, CIMA Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales y Clásicas Modernas, asociación para la igualdad de género en la cultura, alertaron a la Fundación Príncipe de Asturias de la evidente discriminación sexista que se venía produciendo en la secuencia histórica de esta (y otras) categoría, propusieron candidatas e intentaron arrancar el compromiso de que en las bases de todas las categorías del Premio Príncipe de Asturias se incluyera la Ley orgánica de Igualdad 3/2007, de obligado cumplimiento para todo organismo e institución dependiente de la Administración del Estado Español. Dicha Ley, en su Artículo 26 hace especial énfasis en la obligatoriedad de la paridad en los órganos de decisión, como son los patronatos y los jurados.
Pues bien, el Jurado de esta edición para el Premio en la modalidad Artes concedido a Michael Hanecke -convocado por la Fundación Príncipe de Asturias- ha estado presidido por José Lladó y Fernández-Urrutia e integrado por José Luis Cienfuegos Marcello, Marzio Conti, Carlos Fitz-James Stuart Martínez de Irujo, Duque de Huéscar, José María Flotats i Picas, Guillermo García-Alcalde Fernández, Carmen Giménez Martín, Catalina Luca de Tena y García-Conde, Hans Meinke Paege, Elena Ochoa Foster, Vicente Todolí Cervera, Carlos Urroz, Amelia Valcárcel Bernaldo de Quirós, Benjamin Weil, Miguel Zugaza Miranda y José Antonio Caicoya Cores (secretario). Contamos por vosotros: 12 hombres y 4 mujeres.
¿Acaso la ley no alcanza a la Casa Real?