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La comunidad artística ha salido reforzada de la primera edición de los premios Reconocimientos del Arte Contemporáneo, celebrados ayer 14 de febrero en el Museo Reina Sofía de Madrid. Antes de «la gala» se mascaba la tensión en el aire. No solo porque se tratara de la primera vez. Justo el día anterior saltaba desde elconfidencial.es a las redes sociales un artículo donde se ridiculizaba la ingenuidad en las ambiciones de Miguel Cereceda, presidente del Instituto de Arte Contemporáneo y motor de la organización del evento, al tiempo que se vertían las declaraciones de Valentín Roma, que había rechazado el premio al mejor proyecto curatorial de 2013 por no estar de acuerdo con el formato de «la gala»: «No somos espectáculo, ni industria cultural», vino a decir.

Sin embargo, para demostrar que, a pesar de estar de acuerdo con Roma, la comunidad del arte contemporáneo sí necesita sentirse unida y defender y afirmar el espacio irrenunciable de la creación, la reflexión y la crítica y de la cultura en general en España, el Auditorio 400 se llenó hasta los topes con representantes de todas las especializaciones profesionales procedentes de toda la geografía española, que soportamos con estoicismo todo lo que le sobraba a «la gala» organizada por Cereceda, desoyendo los consejos de su Junta Directiva y prácticamente apartando y ocultando información hasta el último momento a las otras dos organizaciones que se habían sumado a estos Reconocimientos: MAV Mujeres en las Artes Visuales -ya con tres ediciones de premios propios a sus espaldas- y la nueva asociación de coleccionistas 9915. Como reconoció después, ya en la copa, el propio Cereceda: «para el año que viene, nada de tonterías».

Hipercorrectos, diciplinados y educados, como una comunidad de profesionales que estamos acostumbrados a trabajar frente a todo tipo de adversidades, económicas y políticas, contra viento y marea, pero también derivadas de la propia complejidad de la creatividad que atraviesa todas nuestras actividades, desde la producción, el comisariado y la crítica, de la gestión al montaje, e incluso el coleccionismo, con todo este bagaje a nuestras espaldas, con respeto y también absoluta indiferencia hicimos oídos sordos a todo lo que no encajaba en la celebración de los Premios: el desafortunado guión tan mal interpretado por Jota y Topacio Fresh que no caló; los jóvenes pintorcillos que grafitearon sin complejos corazones -porque el evento coincidía con San Valentín- ante los 400 profesionales, artistas, directores de museos, críticos y comisarios, galeristas y coleccionistas curtidos en mil batallas y unidos por un misma rutina diaria: mirar y discriminar lo bueno, lo malo y lo regular; los variados interludios musicales …

Casi tres horas donde nadie se movió y a lo largo de las que el evento fue tomando cuerpo con la participación impecable de quienes entregaban y recogían los premios en las numerosas categorías, con sus palabras y el reconocimiento sincero del sector. El momento de inflexión, cuando la celebración se centró en su perfil profesional, llegó con MAV, con el discurso serio y comprometido de su presidenta Marián López-Fernández Cao y la entrega a las premiadas, que hablaron abiertamente de las cosas que importan, desde la dimensional emocional a la libertad creativa y la imprescindible igualdad de oportunidades para una sociedad democrática, de manera directa y distendida, incluso con afectuosa ironía respecto a lo que no estaba funcionando en «la gala» -como hizo Nekane Aramburu-, mientras mostraban la pegatina contra la «ley Gallardón» que MAV había puesto a disposición a la entrada para las socias y también para tod@s l@s invitad@s y que much@s se pusieron con gusto en la solapa. Porque somos ciudadan@s del arte, y también ciudadan@s a secas, la joven artista Nuria Güell enumeró -interrumpida por los aplausos de tod@s- las lacras que hoy nos atenazan: corrupción, deshaucios, asesinatos en nuestras fronteras … No se trataba de hacer la oposición mediática a ningún ministro. Del Ministerio de Cultura, demostrando una vez su absoluto desprecio al sector, sólo acudió Begoña Torres, Subsecretaria de Promoción al Arte, la única con la que contamos siempre y por eso la consideramos una de los nuestr@s. Todos los premios fueron otorgados explicitando con transparencia y rigor los procesos de selección de finalistas y los criterios y méritos de la elección de l@s premiad@s.

En conclusión, unos premios necesarios para el sector, para sentirnos unid@s, para seguir luchando por los objetivos comunes: buenas prácticas, excelencia y convicción irrenunciable de la importancia de hacer llegar y compartir el arte con toda la sociedad. Sin duda, en el día después de «la gala» es el momento de que el resto de las asociaciones profesionales de artistas, críticos, galeristas y directores de museos y centros de arte se unan a las pioneras MAV, IAC y 9915 para la organización y celebración de los Reconocimientos del Arte Contemporáneo el próximo año.

 

 Reconocimientos Marian

 Marian Fdez-Cao, Presidenta de MAV en los RAC 2013, Auditorio 400 del Museo Reina Sofía, Madrid, 14 de febrero de 2014